
Un sistema de gestión de color (CMS, Color Management System) permite mantener el control de los colores durante el proceso de producción gráfica. Hace que los colores se vean correctamente en la pantalla y asegura que las salidas y las pruebas de preimpresión sean similares al producto impreso final. Los colores siempre se ven afectados por los dispositivos: observación en pantalla, escaneado o impresión. Mediante la grabación de las desviaciones del color, se pueden crear perfiles que aseguren su compensación durante la impresión. Este sistema facilitará la correspondencia entre le producto final impreso y el original, con independencia de los dispositivos utilizados. Un sistema de gestión de color debe definir los colores y asegurar su consistencia durante cada fase del proceso de impresión. RGB y CMYK son modelos de color “dependientes del dispositivo” porque la reproducción del color será diferente según el dispositivo utilizado. De la misma manera que, por ejemplo, en una tienda de electrodomésticos se observan las diferencias entre los distintos televisores, aun cuando estén emitiendo una misma imagen.
Al no poder mantener la consistencia en todos los dispositivos y procesos, los modelos RGB y CMYK no son apropiados para los sistemas de gestión de color. Por ello, es necesario disponer de un sistema de gestión de color independiente de los dispositivos. Este modelo se denomina “independiente de dispositivo” debido a que no se ve influido por los dispositivos que se utilizan en el proceso de la producción gráfica. CIELAB es uno de estos sistemas, y define los colores basándose en la percepción del observador. Una vez elegidos los colores con los que se quiere trabajar con los valores colorimétricos independientes de dispositivo, es necesario ajustar los dispositivos consecuentemente. Cada equipo o dispositivo de la línea de producción tiene sus cualidades y sus carencias, que se pueden medir y guardar en los perfiles de dispositivo. El sistema de gestión del color utiliza los perfiles para facilitar la tarea de realizar los ajustes de las señales de RGB del monitor. Si los televisores del ejemplo anterior hubieran utilizado un sistema de gestión de color, cada aparato habría utilizado los colores CIELAB como base, y con la ayuda de los perfiles que describen las cualidades y carencias del aparato, habría convertido esos valores colorimétricos en señales RGB, únicas para cada televisor. Esos valores RGB se hubieran ajustado de acuerdo con el perfil de dispositivo y, como resultado, los colores hubieran sido iguales en todos los aparatos de la tienda. En las máquinas de imprimir es necesario ajustar el color, por la ganancia de punto, los colores primarios, la solución de mojado de papel, etc.
Los fabricantes de software y hardware de la industria gráfica han desarrollado un trabajo conjunto con el propósito de encontrar una normativa común para los sistemas de gestión de color. Este grupo de fabricantes se denomina International Colour Consortium (ICC), y la normativa acordada ha adoptado el mismo nombre. Es una especificación que define cómo debe funcionar el sistema de gestión de color y que describe cómo deben configurarse los perfiles de color.
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