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OBTENCIÓN DE LOS COLORES CORRECTOS EN IMPRESIÓN


Para saber cuál será el aspecto en el producto final impreso de los colores creados en el ordenador es necesario comenzar calibrando los dispositivos que configuran el ordenador. Luego deberán analizarse las características del proceso de impresión. Esta fase se denomina caracterización de la impresión. Concluida esta tarea, se podrán ajustar los restantes equipos y materiales (monitores, impresoras, pruebas, etc.) para aproximarse al máximo a las características deseadas y simular la impresión. Si este trabajo de ajuste se realiza con rigor, se puede obtener un resultado realmente satisfactorio entre la presentación en el monitor, el listado de colores, las pruebas y la impresión final. Este proceso es relativamente fácil de llevar a cabo si siempre se imprime el mismo producto (como por ejemplo un periódico) con el mismo equipo. Si se imprimen distintos productos en diferentes equipos, el proceso descrito anteriormente se vuelve más complejo. En este caso una solución es utilizar un sistema de gestión de color (CMS, Color Management System), donde también se tiene en cuenta las características del escáner, de los monitores, de las impresoras y de las pruebas.

Cómo elegir un color

No es recomendable seleccionar el color a partir de lo que se ve en pantalla, dado que no es posible obtener una similitud absoluta entre la imagen observada en el monitor y el resultado final impreso. Por tal motivo es conveniente utilizar guías de colores con ejemplos de superficies impresas con colores predefinidos. En el mercado se pueden encontrar guías generales de colores con muestras de distintos tipos de papel, y también algunas industrias gráficas suministran sus propias guías. Los colores de las guías están definidos en valores CMYK. Si se selecciona un tono para cuatricromía se puede utilizar una guía de color general, pero dado que las condiciones de la impresión varía (en función del papel, la máquina de impresión y las tintas utilizadas, el resultado no siempre es exactamente igual a la reproducción del catálogo. Para asegurar completamente la correcta reproducción del color deberá imprimirse la propia guía.

Si se quiere un color saturado o un color especial (como dorado o plateado) deberán utilizarse colores directos, cuyo modelo más corriente es el Pantone. Sus escalas de color también están en el mercado, pero son relativamente caras.

Estabilización y calibración

La estabilización tiene como finalidad asegurar que todos los dispositivos del proceso de impresión den siempre el mismo resultado. Las causas de las inconsistencias pueden ser debidas a fallos mecánicos o fluctuaciones de las condiciones medioambientales, como variaciones de la humedad y la temperatura. La calibración supone ajustar los equipos a unos valores predefinidos. Por ejemplo, para un valor del tono de cyan del 40% en el ordenador, el valor de cuan en la impresora, en la prueba final o en la máquina de imprimir también debe ser del 40%. Los distintos dispositivos suelen ser calibrados mediante un software específico de calibración.

Simulación

También se pueden calibrar los equipos mediante la comparación de trabajos similares. Por supuesto, esta simulación no es un procedimiento exacto, pero es bastante fácil de realizar y sus resultados son aceptables.

Otra forma de calibrar los dispositivos utilizando el método de simulación es presentar en pantalla e imprimir un documento que ya se había utilizado anteriormente, como base de un proceso completo de impresión y ajustar los dispositivos conforme a su apariencia. La idea es ajustar el software y el monitor de manera que la imagen en pantalla se parezca al impreso tanto como sea posible. Asimismo, se pueden ajustar la impresora de color y la prueba final para simular el producto impreso final. Un método más preciso cosiste en medir primero los valores del producto impreso final y, posteriormente, ajustar los dispositivos para obtener valores equivalentes.

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